1- FLEXIBILIDAD
Es flexible y cómodo de trabajar, ya que es un plástico que no se rompe.
2- PERFILADO
Al tratarse de un plástico, a la hora de enrasar al tablero, se perfila con facilidad y queda bien ajustado al tablero sin astillar.
3- FACILIDAD DE RECTIFICACIÓN
Este canto es fácil de despegar cuando se están chapando cantos y hay que volver a chapar una pieza que ha salido mal fabricada. Simplemente se estira de él y sale del tablero sin necesidad de utilizar calor, ni formón, ni ninguna máquina. Sin embargo, en los otros tipos de canto hay que calentarlos de nuevo para ablandar la cola y entonces estirar poco a poco y despegarlo. Un proceso mucho más lento y delicado.
4- RESISTENCIA
Cuando los tableros ya canteados se manipulan, trasladan o apilan dentro de una fábrica, los bordes pueden recibir golpes. Por eso, si hemos chapado los bordes con tapacantos PVC, no se quiebran, sino que absorben los impactos y se “hunden” un poco.
Funciona de la misma forma cuando el mueble está en tienda o en casa del consumidor. Un buen argumento de venta para fabricantes y tiendas de muebles.
5- ESPESOR
El espesor estándar es de 0,4 mm, superior al de los cantos de papel o melamina. Por lo tanto, cubre mejor el aglomerado y disimula mejor los defectos que tenga.
Con los cantos del PVC podemos aumentar el espesor a petición del cliente. De esta forma, se consigue un aspecto de mayor “solidez” en las piezas canteadas y disimulan mejor cualquier oquedad del aglomerado. Con los cantos de melamina esto no se puede hacer.
6- ADHESIVO
La utilización de un buen puente adhesivo en el PVC es garantía de un perfecto pegado del canto al tablero. No reacciona ante variaciones de humedad.
7- SIMILITUD DE COLORES
Una base de PVC bien fabricada es una base de PVC con el tono adecuado. Al enrasar al tablero, el color de dentro del plástico es igual a la superficie del tablero. En el canto monocapa, por ejemplo, se puede notar la diferencia.